jueves, 22 de octubre de 2015

Cómplices en la inconsciencia

Las reflexiones en mi día a día me ayudan a evolucionar como SER HUMANO, con todas las letras. No me cansaré de agradecer el Conocimiento que voy adquiriendo progresivamente para así poder procesarlo y obrar en consecuencia.
Gracias a una buena amiga, hace unos días reparé en la urgente necesidad de ser conscientes (dicho en la máxima expresión) de cada una de nuestras iniciativas. A menudo, las vestimos de inocencia y benevolencia y nos preocupamos poco del destino al que las dirigimos. 
Resulta que ya llevaba tiempo queriendo contribuir en alguna ONG o Asociación dedicada a cualquier sector desfavorecido. Pues bien, sin demasiada información y aconsejada por la publicidad subliminal que, en algún momento de mi vida, le había llegado a mi subconsciente, me decidí por llamar a la puerta de Cruz Roja. Quería invertir algo de mi tiempo en contribuir a una buena causa, sintiendo, equivocadamente, que sólo a través de esta forma se puede "estar al servicio". Unas semanas más tarde, y después de hacer un curso online obligatorio para poder acceder a su voluntariado, he revocado el contrato que firmé con ellos para ayudarlos en su labor. El Conocimiento es Poder señores!
Sería injusto que criticara la labor que se está haciendo a pequeña escala en las oficinas locales de dicha organización, pero también sería tremendamente incoherente contribuir a los intereses económicos que mueven a su cúpula. Una cúpula que tiene en sus manos una herramienta para curar la malaria en muchos países africanos, como es el MMS, y que, aún y así, no la utiliza. El Master Mineral Solution es un potentísimo potabilizador de agua que elimina patógenos, responsables de numerosas enfermedades, sin daño alguno para el cuerpo humano. Entonces, nos preguntaremos, ¿por qué no lo utilizan? El desprecio ante tal joya curativa nace de los intereses. A Cruz Roja no le interesa empezar a utilizar MMS porque no le es rentable. No le interesa porque es más atractivo, económicamente hablando, vacunar a todo un continente que curar a un millón de personas.
Es triste darse cuenta de que la naturaleza humana sigue siendo mezquina e involucionada en sectores como éste, pero no nos queda más remedio que tener una reacción pacífica y coherente ante tales hechos para no formar parte de ese entramado.
Y por desgracia, el tema de las ONGS sería extrapolable a otros ámbitos como el del consumo/servicios, dónde supermercados, cadenas hoteleras, aerolíneas y un largo etcétera están recibiendo parte de nuestra economía doméstica para enriquecerse y empobrecer, a su vez, nuestros derechos universales.
Os apoyo a que investiguéis un poquito más a qué Rey estáis sirviendo.






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